domingo, 31 de mayo de 2009

(in) cultura


Podría ser una calle de Fez; tal vez una mujer que va a comprar un pedazo de cabra para preparar un couscous en Chott El Hodna; pensar en cualquiera pequeña ciudad musulmana estaría... muy alejado de la realidad. Esta mujer, a la que casi no se le ve la mirada, se dirigía probablemente a su casa, en Manresa (Barcelona). ¿Hasta qué punto debemos respetar los trazos de otras culturas? ¿Nos debería hacer reaccionar de manera diferente por verlos en nuestro país? Cualquier tipo de limitación de la libertad duele, pero tal vez uno cae en la cuenta cuando se encuentra fuera del entorno que la propició, como en este caso. Y sin embargo no es suficiente.
Foto: Teresa Luengo, Manresa, 27 mayo 2009

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿por qué la tradición, el paso al pasado, sólo es para ellas?

Teresa Luengo Michel dijo...

Es cierto, además ¿por qué prácticamente todas las culturas someten a las mujeres a normas castrantes? ¿Damos miedo o provocamos desprecio? ¿Por qué nos hemos dejado dominar? Un beso a mi comentarista estrella.